Foto: "Gavin Newsom" by Gage Skidmore is licensed under CC BY-SA 2.0

Por segunda vez en la historia del estado de California, los ciudadanos deberán concurrir a las urnas para decidir el futuro del Gobernador Newsom el próximo Noviembre. En medio de una crisis sin precedentes como lo representa el Covid-19, la controversia sobre la necesidad de un “recall” crece día a día. A continuación, las claves de un proceso conflictivo que solo traerá mas división en un país que necesita diálogo y un “shock” de democracia. 

EL HISTORIAL EN CALIFORNIA

La elección de destitución de gobernador de California de 2003 fue una elección especial permitida por la ley estatal de California. Los electores votaron por reemplazaran al gobernador demócrata Gray Davis por el republicano Arnold Schwarzenegger. El esfuerzo de destitución abarcó la segunda mitad de 2003. Siete de los nueve gobernadores anteriores, incluido Davis, se habían enfrentado a intentos fallidos de destitución. 

Mas allá del resultado, muchas voces relacionan la destitución de Davis con la acumulación de diversos factores, algunos directamente vinculados al gobernador en cuestión (La Crisis Energética de California y cuestiones relacionadas con el financiamiento de su campaña) y otros a la situación financiera que golpeó a la región entre 1996 y 2000 producto del “dot-com bubble”. 

California se vio más afectada que otros estados ya que la “burbuja especulativa” golpeó directamente al corazón de Silicon Valley, el centro de la economía de Internet. Los gastos del estado de California se dispararon cuando el gobierno estaba repleto de ingresos. Algunos californianos culparon a Davis y a la legislatura estatal de continuar gastando mucho mientras los ingresos se agotaban, lo que finalmente condujo a déficits récord. Queda claro, que el factor económico fue primordial a la hora de impulsar el reemplazo de Davis. 

LOS MOTIVOS DEL SEGUNDO RECALL: OPORTUNISMO POLÍTICO? 

En un esfuerzo enorme por parte del Partido Republicano, se lograron juntar las 1,495,709 firmas requeridas por el estado de California utilizando como parámetro la legislación correspondiente a este procedimiento: Se debe notariar un número igual al 12% de los votos emitidos durante la última elección para gobernador. Recordemos que según datos de aquellas iniciativas que financiaron esta petición, el número de firmas recolectadas fue de un poco mas de 2 millones a favor del “recall” o referéndum. 

Utilizando estos números como medidor, entendemos que la situación es muy compleja y probablemente en la actualidad, los motivos que propulsaron esta medida se vean comprometidos al paso que Newsom consigue no solo sostener su nivel de popularidad, sino también incrementar su imagen positiva de la mano de medidas extremadamente populares y hasta el momento necesarias y efectivas.

Al mismo tiempo, el Partido Demócrata ha logrado exitosamente ajustar su estrategia de cara al posible referéndum y apuntar directamente sobre los grupos que han comenzado esta petición en medio del caos que produjo la pandemia del Covid-19: Los ya famosos grupos “anti-vacunas”, aquellos que fomentan la desinformación por medio de teorías conspirativas y por supuesto, un sector del GOP que aún responde a Donald Trump. Según fuentes de este medio, el objetivo es agrupar a las industrias que más sufrieron durante el Covid-19 y enfocar su frustración para con la imagen del gobernador. 

Pero por qué ahora parece que esa estrategia del Partido Republicano local pueda jugar en contra sus propios objetivos? 

UN NEWSOM RENOVADO Y CON MAYOR ACEPTACIÓN 

El actual gobernador de California tocó su punto más bajo de popularidad hace poco menos de 9 meses producto de la complejidad que representó y aun representa la crisis del Covid-19. Las medidas que tomó el estado de California fueron (al menos al inicio) poco populares y controvertidas: Cerrar determinados comercios, limitar la actividad nocturna, separar a los condados en grupos de acuerdo al número de contagios, etc.  

Todo muy complicado de llevar adelante y en especial, como se puede entender ahora, cada población, distrito, ciudad, condado, etc. responde a diversos factores demográficos, culturales y de comportamiento social muy diferentes. Esto complicó muchísimo los esfuerzos para contener el esparcimiento del Covid-19. California es un estado muy grande, muy diverso y muy complejo. 

Culpar al gobernador Newsom por el cierre de algunas actividades durante el Covid-19 es algo completamente extremo. Lo mismo con respecto al cierre parcial o total de los establecimientos educativos. Esta situación es única, no existen precedentes recientes de este tipo de tragedias como lo es la pandemia del Covid-19 y lamentablemente, para todo el mundo, entre la pérdida de vidas, relaciones y comercios… se aprendió a manejar medianamente una crisis global de proporciones épicas. 

Al día de hoy, California es un ejemplo a nivel mundial. El ritmo de vacunación sigue en aumento. El fin de las mascarillas esta por convertirse en una realidad y los programas de asistencia social y financiera de todo tipo se transforman lentamente en una herramienta clave por medio de la cual la administración de gobierno actual será capaz de recuperar el inmenso potencial del estado. 

Entonces por qué el “recall” no tiene sentido? Desde Santa Ana Republic entendemos que en medio de una crisis global, lo último que debemos cuestionar es la solidez de la democracia. Los Estados Unidos han sufrido un fuerte golpe durante y en especial, hacia el final de la administración de Donald Trump. Un golpe que quedará en la retina de muchos por medio de las imágenes de aquellos extremistas que tomaron el edificio del Congreso (Capitol Hill). Imágenes que dieron vuelta al mundo y pusieron en cuestión la entereza de la democracia más poderosa (y en cierto modo ejemplificadora) al día de hoy. 

Newsom cometió muchísimos errores tanto a nivel personal y como administrador del estado mas rico y fuerte de los Estados Unidos. Pero cuestionar esos errores al punto de proponer un referéndum que termine con su mandato antes de tiempo, no se corresponde con la magnitud de lo que significa respetar los procesos democráticos cuando no existe causa determinante e inexcusable para la destitución del oficial electo en cuestión. Una vez mas, Newsom no cometió ningún acto que ponga en cuestionamiento su capacidad al punto de merecer ser expuesto a un referéndum. 

Al mismo tiempo, además de respetar los tiempos democráticos (si alguien pretende ganar la gobernación, debería de esperar el debido proceso eleccionario), Newsom ha sufrido como tantos otros gobernadores y líderes los efectos del Covid-19: Una tragedia compleja y difícil de abordar. Y a pesar de la adversidad, los errores y las diferencias internas, ha logrado salir adelante por medio de un liderazgo convincente, diplomático y muy efectivo al punto de transformarse en un ejemplo mundial. 

El referéndum no es saludable para la democracia de los Estados Unidos. No es saludable para California ni tampoco lo es para un sistema de gobierno que se encuentra herido y busca reinventarse en base al diálogo y el trabajo. California esta resurgiendo rápidamente y una elección de este tipo solo lastimará una recuperación exitosa tan solo para generar mas caos, mas división y confusión en una población ansiosa de paz y tranquilidad. California quiere volver a la normalidad y un referéndum de estas características no ayuda. 

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